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Noticias y Proyectos ASCECO

13 may, 2020
Por fuera parece el típico granero, con sus paredes de madera y su techo a dos aguas de chapa. Pero por dentro, descubrimos una casa de lujo, con un gran salón, un homecinema, suite para invitados y cocina impresionante. El proyecto está firmado por Walker Warner Architects, mientras que el interiorismo pertenece a Selby House Ltd y el paisajismo a Janell Denler Hobart. Construida en una propiedad de cuatro acres, su diseño rinde homenaje a las raíces del Valle de Portola con un toque actual, interpretando estructuras vernáculas a través de metales y maderas. Para las paredes exteriores, el equipo utilizó roble recuperado de graneros de Kentucky, junto con caoba ebonizada. Las cubiertas presentan formas a dos aguas que se extienden a través de un claro en un bosque de árboles. Para el techo se usó metal de costura vertical, pintado para parecerse al zinc. El complejo consta de tres estructuras principales: una espaciosa sala de estar con estudio para trabajar desde casa, una sala de cine y una lujosa suite para invitados. Las tres construcciones están conectadas por pasillos con entradas independientes, que contienen una cocina y un baño-tocador. El exterior de las estructuras principales se compone de materiales desgastados destinados a integrarse en su entorno. Por el contrario, el interior contemporáneo presenta paredes blancas, superficies pulidas y una estudiada iluminación. "Nuestros clientes residen al lado de este proyecto, pero aman su hogar existente y no querían hacer cambios sustanciales que interrumpieran su estilo de vida actual", explica Greg Warner de Walker Warner Architects. “Pudieron adquirir la propiedad adyacente con la visión de diseñar un tipo de anexo que sirviera para acomodar a sus invitados y completar sus necesidades. Intencionalmente separamos el complejo para presentar tres piezas distintas de granero, cada una asociada con ciertos requisitos”, concluye el autor de la obra. El equipo de diseño tuvo especial cuidado en hacer que los interiores fueran neutros y contemporáneos. El paisaje ha sido diseñado por Walker Warner Architects en colaboración con Janell Denler Hobart. Las plantaciones incluyen lilas de California, bayas de café y madroños. Aquí puede apreciarse uno de los amplios accesos a uno de los módulos del proyecto. Mediante un camino de losas, en el que se pueden crear pequeñas zonas de estar al aire libre, se llega a una de las entradas. Porque sí, hay varias entradas; cosa que lo hace muy dinámico. Las obras de arte fueron elegidas a propósito para integrarse con los muebles, en lugar de destacar. "No queríamos que muchos colores llamativos en el arte distrajeran de las vistas", dice Elizabeth Hill de Selby House Ltd. Las grandes extensiones de vidrio proporcionan una fuerte conexión con el terreno escénico que rodea estos interiores. En el centro de la composición hay una gran sala, que la familia usa para entretenerse, celebrar fiestas y encuentros o ver partidos de los Giants, su equipo favorito. La ubicación privilegiada de la casa, en medio del Valle de Portola, en California, ha hecho que se prescinda de una decoración llamativa. Porque para llamativo ya está el paisaje que se cuela a través de los grandes ventanales, como si fueran cuadros con vida propio, que van cambiando de color según la hora del día o la estación del año. La cocina cuenta con encimeras de Caesarstone, mobiliario de madera lacada y azulejos contra salpicaduras de Ann Sacks. Los electrodomésticos incluyen hornos Gaggenau, aparatos de Thermador y un refrigerador para vinos Perlick. El elegante dormitorio principal se ha decorado siguiendo una paleta rígida de blancos y grises, lo que le da al espacio rústico una sensación moderna. El baño sigue la misma línea cromática, adecuada a materiales más apropiados para zonas húmedas como esta. Mármol de Carrara y porcelana sanitaria en blanco combinan a la perfección en este generoso aseo. El Portola Valley Barn es un espacio dinámico, separado de una residencia principal existente, diseñado para el entretenimiento y la relajación familiar. Todo ello, inspirándose en su entorno campestre, con materiales naturales y una decoración cien por cien actual.
Por Ascensión Carreño 12 may, 2020
12 may, 2020
En un mundo principalmente urbano, que constantemente tiene que lidiar con problemas complejos como la generación de desechos, la escasez de agua, los desastres naturales, la contaminación del aire e incluso con la propagación de enfermedades, es imposible ignorar el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente. El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y es urgente buscar formas de, al menos, desacelerar el proceso. Para ayudar efectivamente en esto, nuestros hábitos de producción, consumo y construcción tendrán que modificarse, o la degradación del medio ambiente y el cambio climático continuarán disminuyendo la calidad y la duración de nuestras vidas y de las generaciones futuras. A pesar de que parecen intangibles y distantes, los diversos problemas de ineficiencia y desperdicio son mucho más cercanos de lo que podemos imaginar, y están presentes en los edificios que utilizamos a diario. Como arquitectos este problema se amplifica aún más, ya que nos ocupamos diariamente de las decisiones de diseño y la especificación de los materiales. En otras palabras, nuestras decisiones realmente tienen un impacto a nivel global. ¿Cómo podemos utilizar el 'efecto mariposa' en favor de un futuro saludable para nuestro mundo? En los países industrializados, por ejemplo, los edificios representan el 40% del consumo total de energía, y la mayor parte es para proporcionar calefacción o refrigeración. Gran parte de esta energía se desperdicia debido a sistemas ineficientes o proyectos de construcción que no se adaptan bien a la orientación, el entorno o la realidad local. Las proyecciones demográficas muestran que, en 2050, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, y se espera que las megaciudades se desarrollen y multipliquen, principalmente en África y Asia, lo que conducirá a fuertes transformaciones territoriales, nuevas formas de construcción, gestión de las expectativas de las ciudades y de los habitantes. Al mismo tiempo, las áreas urbanas ya consolidadas deberían centrarse en la planificación urbana y, principalmente, en reformas y revitalizaciones. El gran desafío será garantizar que estos nuevos edificios y renovaciones, desde las casas más pequeñas hasta las instalaciones públicas y la infraestructura de gran escala, sean al mismo tiempo cómodas y seguras, reduciendo al máximo el impacto ambiental, utilizando menos energía y recursos, y generando menos contaminación y desechos. También es esencial garantizar el bienestar de sus ocupantes y cumplir con los requisitos térmicos, visuales, acústicos y ambientales. Como todos hemos escuchado y leído, 'actuar local, pero pensar global' es cada vez más esencial para que todos contribuyamos colectivamente. Como arquitectos, ¿cuáles serían los principales pilares para combatir estos problemas importantes que enfrenta la humanidad? Principio 1 : Ofrecer bienestar al usuario Pasamos la mayor parte de nuestras vidas en interiores de edificios, y las condiciones de confort realmente influyen en nuestra salud y estado de ánimo cuando no son adecuadas. Es imposible concentrarse cuando hay una lámpara parpadeando o descansar al dormir con un ruido constante toda la noche. El concepto de construcción Multi Comfort abarca un amplio programa que incluye todos los aspectos que contribuyen a la comodidad de la vida en edificios residenciales y terciarios. Por más básico que parezca, un espacio debe permitir que sus ocupantes puedan sentir, ver, oír y respirar sin mayores problemas. Para eso, es esencial que algunas condiciones de confort estén bien resueltas, lo que significa que las decisiones de diseño y materiales interfieren directamente. Sentir: Ni demasiado calor ni demasiado frío. Para que podamos funcionar cómodamente y realizar nuestras funciones, el entorno debe tener un buen confort térmico, sea cual sea la temperatura del exterior. Esto se determina por factores como la temperatura, la humedad y la ausencia de corrientes de aire. Conocer el comportamiento climático del lugar donde se emplaza la obra será fundamental para determinar el equilibrio entre ganancia solar (vidrio y aberturas), estanqueidad y ventilación, aislamiento e inercia térmica. Y, principalmente, entender si el edificio necesita evitar la pérdida o la ganancia de calor para mantener la eficiencia energética adecuada de sus sistemas de refrigeración o calefacción. Ver: El concepto de confort visual depende de nuestra capacidad para controlar los niveles de luz que nos rodean. El ojo humano se adapta permanentemente a los niveles de luz. Por lo tanto, muy poca y demasiada luz pueden causar molestias visuales, así como los cambios bruscos o los grandes contrastes pueden causar estrés y fatiga. La luz natural es la fuente de luz a la que nuestros ojos se adaptan naturalmente, por lo que casi siempre nos resulta más cómoda que la iluminación artificial. Ya hemos visto en algunos artículos que las luces artificiales pueden ser más o menos amables con nuestra salud, imitando niveles y temperaturas de luces más naturales, por ejemplo. Desde los colores de las paredes hasta las innovaciones tecnológicas en los productos más cotidianos pueden impactar positivamente los espacios. Escuchar: Investigaciones han demostrado que los entornos acústicos bien diseñados en oficinas o escuelas ayudan a mejorar la concentración y permiten una mejor comunicación. El confort acústico significa reducir los problemas de ruido interno y externo y lograr las condiciones acústicas apropiadas para cada espacio, a través de materiales que nos pueden aislar del ruido exterior y que presentan un equilibrio calculado entre las superficies absorbentes y reflectantes, reduciendo las reverberaciones internas. Respirar: la calidad del aire interior se refiere a la cantidad correcta de aire fresco suministrado en relación a la tasa de ocupación y el tipo de actividad. Históricamente, la buena calidad del aire se ha asociado con la ausencia de contaminantes que podrían afectar la salud de las personas. Sin embargo, hoy en día existen otros parámetros que aparecen en la evaluación de la calidad del aire interior, como la ausencia de malos olores, irritaciones sensoriales y congestión (dolor de cabeza y fatiga). Especificar productos correctos para crear una buena calidad del aire interior significa tener en cuenta los materiales que no emiten compuestos orgánicos volátiles (COV), como el formaldehído, especificando membranas, ventanas y puertas de alto rendimiento, proporcionando una estanqueidad superior e incluso productos que contribuyen al rendimiento de los sistemas de ventilación que hacen que el aire se recicle adecuadamente. Principio 2 : Convertirse en un actor respetuoso con el medio ambiente Ten en cuenta que todas las decisiones que involucran un proyecto, ya sean de implementación, dimensiones, orientación, instalaciones y materiales, tienen total impacto en la huella ambiental de un edificio, no solo en su construcción sino a lo largo de su vida útil. Y estas especificaciones serán diferentes para cada tipo de edificio, clima, programa o presupuesto, incluyendo el costo ambiental del transporte de materiales. Es esencial garantizar que se lleve un mensaje coherente y creíble a los usuarios finales de los espacios, quiénes participarán en los futuros procesos de toma de decisiones en proyectos grandes y pequeños. No existen fórmulas mágicas o materiales inherentemente sostenible; existen buenas soluciones para ciertos lugares, momentos o realidades. Principio 3 : Aumentar la productividad profesional y constructiva El sector de la construcción civil es considerado de baja tecnología y tiende a producir una enorme cantidad de desechos. Poco a poco, la tecnología ha comenzado a brindar un mayor control, precisión y automatización de los procesos repetitivos, con el objetivo de mejorar la productividad en los sitios de construcción. El desarrollo de soluciones modulares y prefabricadas tiende a hacer que los edificios sean más rápidos e inteligentes. Esto también puede representar un aumento en la racionalidad y adaptabilidad durante la vida útil del edificio. Una casa, por ejemplo, puede ser ampliada o reducida fácilmente si se utilizan sistemas de construcción modulares y estandarizados, siguiendo la demanda del ciclo de vida de sus ocupantes. Además, el trabajo en el sitio de construcción comienza a ser más un ensamblaje que una construcción en sí misma. Esto es aún más importante en los países desarrollados, donde la prefabricación y la fabricación offsite son una respuesta eficaz frente a la escasez de mano de obra. Los controles de planificación, la percepción de las soluciones modulares o prefabricadas y la articulación de los beneficios para los desarrolladores, donde las ganancias no se reflejan necesariamente en los valores monetarios durante el proceso de licitación, son algunos de los desafíos que deben superarse para promover nuevas formas de construcción que aumenten la productividad. La adopción de nuevas tecnologías incorporadas en el edificio, como la domótica, por ejemplo, es algo importante a considerar. La impresión 3D también está ganando espacio y será cada vez más importante para proyectos creativos o complejos con un costo ambiental reducido. BIM (Building Information Modeling) ya es un acrónimo común en el campo de la arquitectura. A través de los distintos software BIM, es posible crear digitalmente uno o más modelos virtuales precisos de una construcción, con un mayor control sobre los costos y la eficiencia energética de los materiales. Y esto representa un apoyo al proyecto a lo largo de sus fases, incluso después de su construcción o en su desmontaje y demolición. Principio 4 : Abrazar la automatización del diseño y la construcción Unir los proyectos arquitectónicos virtuales a la realidad del sitio de construcción, aumentando la eficiencia y la precisión, reduciendo la aparición de errores, y ahorrando tiempo, dinero y recursos, es el objetivo principal de llevar más tecnología a un campo tan resistente a los cambios radicales. Por ejemplo, mientras la Realidad Virtual crea un entorno totalmente nuevo e independiente del mundo real, la Realidad Aumentada incluye elementos virtuales que interactúan con lo que ya existe. Los términos y tecnologías como Big Data, robots y drones, domótica y los procesos de diseño repetitivo se integrarán en nuestra vida cotidiana, mejorando los procesos y la calidad de los proyectos y la construcción. La llamada "Industria 4.0" es más que sólo la incorporación de tecnologías. Sensores de comunicación, IIoT (Internet industrial de las cosas), datos inteligentes. Todo esto debería hacer que los procesos de producción sean más inteligentes y ágiles, con máquinas que constantemente comunican e intercambian información en tiempo real, incluso aprendiendo durante los procesos. Esto nos obliga a reconsiderar la forma en que trabajamos y la forma en que organizamos el trabajo; mudarnos y aprender sobre la metodología BIM puede ser el mejor primer paso. Sus beneficios incluyen la utilización de menos recursos, la reducción de los costos y una mejor calidad del producto final. Mejor aún, los fabricantes ahora pueden aprovechar sus datos para cumplir con las expectativas del cliente y adaptarse para satisfacer sus necesidades en tiempo real. El equilibrio y el sentido común en los actos y decisiones parecen ser la forma más adecuada de enfrentar las grandes inestabilidades y cambios que impone el mundo. Y, como andar en bicicleta, es más fácil mantener el equilibrio cuando estás en movimiento. Esto significa estar atento y comprender cómo cambian a cada minuto la profesión, la industria y todas las tecnologías involucradas. Naturalmente, la identificación y la combinación ideal de factores para lograr el confort integral del ser humano (sentir, ver, oír, respirar) ya nos ubica en la dirección correcta para ayudar a combatir los grandes desafíos de las próximas décadas. Si todos los arquitectos fueran conscientes de esta oportunidad, adoptando las herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías, la suma de todos los esfuerzos individuales podría tener un impacto genuino a nivel mundial. Vamos por ello.
12 may, 2020
Los edificios podrían tener la misma resistencia estructural empleando solo la mitad del cemento que ahora se utiliza. El diseño inteligente, la introducción de materiales más sostenibles y una mayor eficiencia energética son algunos de los retos para frenar el impacto que causa esta industria sobre el clima y los ecosistemas. Las nuevas leyes fijan metas concretas para conciliar la construcción y el medio ambiente. Prácticamente la mitad de los materiales extraídos en el mundo en la actualidad son empleados en el sector de la construcción, que ya es responsable del 28% de las emisiones de CO2 de todo el planeta, porcentaje que podría aumentar a casi el 50% para 2050, según pone de manifiesto un exhaustivo estudio elaborado por la Fundación Ellen MacArthur en colaboración Material Economics. La construcción, por tanto, junto con el transporte, la ganadería o la moda, es uno de los grandes responsables de la actual crisis climática, al menos tal y como está planteada ahora esta industria. Algunos indicios, sin embargo, empiezan a mostrar signos de esperanza para el futuro. Rascacielos en el núcleo turístico de Benidorm | Información El citado estudio señala que si se mantiene el actual ritmo de crecimiento de la construcción, para 2060 se construirá semanalmente el equivalente a la ciudad de París en todo el mundo. Ya en 2050 se consumirán 90.000 millones de toneladas de materiales, frente a los 40.000 millones de 2010. Se trata de una cifra que sobrepasa ampliamente la cantidad que el planeta puede proporcionar de forma sostenible. Eso supondrá que las emisiones de CO2 derivadas de esta actividad industrial serán casi el 50% del total, frente al 28% actual Si se redujera la demanda de acero, aluminio, cemento y plástico dentro de una estrategia basada en la economía circular, la construcción podría reducir sus emisiones globales en un 38% a mediados de siglo. Pero ¿es eso posible? Según el estudio de la prestigiosa fundación, cuyos informes hallan una gran resonancia mundial, a menudo es posible lograr la misma resistencia estructural en un inmueble usando solo el 50-60% del cemento que ahora se utiliza. Eso se conseguiría, por un lado, reduciendo el contenido de cemento en el hormigón y, por otra parte, utilizando menos hormigón en las estructuras. Baja reutilización Otro de los problemas que genera esta industria son sus residuos, especialmente voluminosos. La reutilización de materiales podría ahorrar una cantidad ingente de las emisiones generadas, pero actualmente sólo entre un 20% y un 30% de los residuos de construcción se reutilizan o reciclan en el conjunto de Europa. El 54% va a parar al vertedero. Esto es debido, según el informe, al mal diseño, pues si se emplearan materiales adecuados, podrían ser reutilizados masivamente. La Directiva Marco de Residuos de la Unión Europea fija como objetivo reciclar el 70% de los desechos de construcción en el presente año 2020, meta claramente incumplida con el citado 20%-30% actual. La falta de confianza en los materiales reciclados por parte de las empresas frena la reutilización, según las patronales. El consumo energético, por otra parte, constituye otra de las asignaturas pendientes del sector. El Institut Català d'Energia recuerda que los edificios representan el 26% del consumo de energía de Catalunya y el 10,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para reducir estas cifras hay que invertir en eficiencia energética en los inmuebles, sobre todo en los más antiguos. Pero no es tarea fácil. Un informe del Colegio de Aparejadores de Barcelona afirma que «el patrimonio residencial español se caracteriza por ser un parque relativamente envejecido». Por ejemplo, el 80% de las viviendas de Catalunya son anteriores a 1980, cuando las normas sobre eficiencia energética eran muy poco exigentes. Alargar la vida útil de los edificios para evitar su prematura demolición es otro de los objetivos que apuntan los expertos Esta entidad profesional recuerda que reducir el consumo energético de los edificios pasa, en primer lugar, por reducir las necesidades de calefacción o refrigeración. Mejorar el aislamiento y la estanqueidad de ventanas, techos y paredes, así como proteger las casas del sol es la primera medida, junto con el uso de energías renovables. Nuevamente es la UE la que establece objetivos y metas: a final de 2020 los nuevos edificios (y también los rehabilitados) deberán tener un consumo energético nulo o casi nulo, desde su construcción hasta su demolición. Para los edificios públicos, esta obligación ya está vigente desde comienzos de 2019. El nuevo Código Técnico de la Construcción de España de 2020 ya recogerá las exigencias derivadas de las normativas europeas. Alargar la vida útil de los edificios para evitar su prematura demolición y todo el impacto que ello conlleva ha de ser otro de los objetivos, según los expertos. Casas 'pasivas' Desde hace unos años proliferan empresas y entidades que se dedican a impulsar la implantación de técnicas, diseños y materiales que hagan las casas más respetuosas en el planeta. Es el caso de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), que utiliza este concepto de construcción (casa pasiva, en castellano), originado en Alemania. Passivhaus es una tendencia que «combina un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, gracias a la parte envolvente del edificio y a un sistema de ventilación controlado», explica en su web. Las claves PORCENTAJE La construcción genera el 28% de las emisiones El sector de la construcción es uno de los mayores emisores de CO2 a la atmósfera, y para 2050 puede llegar a emitir el 50% del total. ENERGÍA Las nuevas leyes obligan a un consumo casi nulo El nuevo Código Técnico de Edificación obliga a los nuevos edificios y reformas a incluir un consumo nulo o casi nulo desde este año. DISTINCIÓN Casi 100.000 m2 de casas con el sello Passivhaus Este sello garantiza que la casa ha sido construida siguiendo criterios ecológicos y de consumo energético muy bajo. No se trata de un movimiento minoritario, sino que son centenares las viviendas (sobre todo aisladas, pero también edificios plurifamiliares) que están levantándose en España bajo estos criterios. Según los datos de la citada plataforma, en España hay actualmente casi 100.000 metros cuadrados construidos con este certificado, todos ellos de uso residencial, a los que hay que añadir 28.000 más en usos terciarios (equipamientos públicos). Dado que las ciudades constituyen los grandes focos de emisiones y éstas están constituidas por edificios, cada inmueble puede convertirse en realidad en un instrumento contra la contaminación. Así lo entienden cada vez más expertos que abogan por convertir las fachadas en auténticos jardines en vertical, llenas de plantas desde la acera hasta la azotea. Este sistema es una de las armas para luchar contra las 'islas de calor' que constituye todo núcleo urbano por su acumulación de asfalto, hormigón y metal. La temperatura media en ellas es superior a su entorno rural, por lo que el ajardinamiento y arbolado intensivo es visto cada vez más como una forma de equilibrar la temperatura en las ciudades. Además, este tipo de jardines en vertical contribuyen a capturar carbono de la atmósfera. Los edificios, por tanto, pueden convertirse también en un aliado del clima.
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